Thursday 6 August 2015

Total guiri

Tener el pelo amarillo fosforito, ojos azules y piel más blanca que la leche en polvo es una fiesta en Mozambique. Tiene los inconvenientes típicos de cualquier guiri, pero aquí tiene más gracia. Cierto es que mucha gente da por hecho que estás forrada y eso es una putada cuando quieres integrarte en la vida local, pero es relativamente fácil entablar relación en cuanto se sobrepasa esta especie de barrera cultural de euro con patas parlante; de hecho mientras escribía este post un vendedor me gritó 'uk, come hereee' con tanta gracia que me meaba...
Una sonrisa y un interés en su idioma y cultura -además de ir vestida como una niña/rata- ayudan muchísimo.
Para los niños el pelo rubio es una maravilla de la naturaleza. Las niñas no pueden parar de tocarlo, se acercan sigilosamente por detrás y lo cogen con cuidado, lo acarician y lo miran anonadadas (cada vez que me siento en un lugar noto cómo alguna pequeña me coge un mechón y me lo desenreda para luego enredármelo y poder desenredarlo de nuevo). Si me acomodo un buen rato, para cuando me levanto llevo una trenza espontánea.
En las aldeas donde nunca han visto a un blanco es divertido a la par que trágico agobiar a los pequeños con mi presencia casi extraterrestre, pero después de un rato están todos encantados de examinar los pelitos rubios de los brazos, comprobar que el blanco de la piel no sale por mucho que frotes y que existe algo como los ojos de color del cielo. 

No comments:

Post a Comment