Monday 3 August 2015

Domingos de fiesta

El domingo un cura de la ciudad nos llevó a pasear por las afueras de Gurué, a poblados apartados donde sólo se percibía escasez de todo. En mitad de la nada apareció una pequeña parroquia. En cosa de 5 minutos debía empezar la misa pero por ahí sólo andaban dos curiosos y un perro cojo. De repente (al estilo africano, nada ocurre hasta que ocurre) hombres, mujeres y niños llegan en riadas hasta completar un mural de colores apretujadísimo en la mini iglesia. La misa nada tuvo que ver con las que nos imaginamos, solemnes y casi deprimentes, aquí cualquier excusa era buena para lanzarse a cantar y bailar sin mesura, utilizando djembes y latas de coca cola tuneadas como maracas para avivar el ritmo. La gente lo daba todo y sí, prestaban atención al cura, pero principalmente parecían querer aprovechar esos huecos de silencio para dar rienda suelta a sus ganas de marcha. Creyente o no, parece una estupenda manera de empezar el domingo.

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