Saturday 1 August 2015

El mercado

Me encantan los mercados africanos, llenos de vida, color y todo tipo de gente y productos. El olor del mercado de Gurué me hizo viajar en el tiempo a los de Senegal y Nigeria, como si ese olor fuese una señal de identidad de los mercados locales: pescado al sol, carne que al ojo poco curtido parece podrida, fruta de todas las formas y colores, humos de motos y coches y una combinación aromas dulces de especias que dan un toque empalagoso. El resultado es un hedor para nada agradable, pero no sé qué tiene que me encanta. Es algo igual de masoquista que comprar, me tiro una hora sudando (literalmente) para comprar la menor tontería y me intentan tangar como si no hubiese mañana (normal.. véase la foto de la bombilla de neón con patas en mitad de la calle) pero regateas, te ríes, te haces la indignada y montas el mismo teatrillo que tu vendedor hasta que sacas el chisme en cuestión a precio razonable. Y te haces su mejor colega por un instante. Así si que le veo la gracia a ir de compras.

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